Rompecabezas de Vida

Rompecabezas de Vida
La vida es un rompecabezas que para armarlo completo, la pieza más importante de ella eres tú....

domingo, 18 de octubre de 2015

ciega película, de "amor"


Frente a mi se filmaba la mejor película de frustración de amor, no sabía que éramos los protagonistas. 
Esa película hablaría de ese protagonista: un hombre sumamente atractivo, inteligente, lleno de vida, con buen sentido del humor, de ojos hermosos y una mirada encantadora.

Yo: la chica que pocos observaban simplemente porque era muy solitaria, porque me encantaba conversar solo con mis libros, envolverme con la música y  bailar sin que nadie me pudiera mirar.  

Dijiste que me amabas, en ese momento la película inició grabaciones.
En el primer set estaba esta niña que creía todo, veía el amor, 
Agradecía cada detalle que brindabas porque me enamorabas, hablabas de solo hacerme reír, lo lograbas siempre. 
Parecía que dabas tu vida por mi. 

Pero cuando me iba a casa a descasar. 
Tu seguías filmando...
La hacías sonreír a ella, le decías cuanto la extrañabas. 

Hacías lo mismo con cada mujer que te gustaba, lo único que querías era encontrar el rostro de a quien si realmente amaste, quien te dejó, se marchó y se alejó de tu vida para amar a alguien más. 

Ciegamente seguía creyendo, seguía allí esperando por ti,
mis ojos no querían abrirse y observar que el amor que juraste  tener, tan solo era tu misma vanidad. 

Eras el dueño de mi amor y mis fantasías, pero siempre viste tu pasado, siempre ella (la mujer a quien amaste de verdad, pero te fue infiel), nunca la perdonaste, ni la dejaste de amar, se fue de ti, pero jamás de  tus pensamientos.

Cuando mis ojos y mi mente decidieron ver, 
mi corazón se llenó de frustración, 
la cual con lágrimas hoy limpia mi alma del dolor. 

Ciego amor,
Vana ilusión, 
Tu pasado, tu única verdad. 

martes, 13 de octubre de 2015

Conversando con un ángel



Mami ¿Qué era lo que te gustaba hacer cuando eras pequeña, cuando eras una niña así de mi tamaño?

Estuve pensando en esas palabras, en esa plática que tuvimos la semana pasada, donde tus ocurrencias e inocencia me hablaba de cosas inimaginables, esas que en ningún segundo creí que por mi mente pudiesen pasar. 

Con tan sólo cuatro años conocías más sobre la vida que yo tuve que llevar. 
Me contabas como jugabas en un lugar lejano de donde ahora estas. 
Decías que extrañabas a esa mujer que algún día ibas a conocer.

Me hablabas de como me habías visto desde la niñez, desde que jugaba y como iba a crecer. 
Añorabas venir a mi lado para que contigo pudiera jugar. 
Me confesaste que tu mayor sueño e ilusión era viajar a mi corazón. 

Me decías que en el cielo en una cama tipo almohada te tocaba descansar, que al ritmo de las arpas tú lograbas cantar. 

Me explicabas como me veías jugar, conversar y ver que de una niña a una adolescente me tuve que transformar.

Recitabas que feliz te hacia la noticia que mi casa visitarías, pero te entusiasmaba mas saber que conmigo te quedarías. 

Después de escucharte, decidí responder: 

Me encantaba soñar, viajar e imaginar un mundo donde nadie nunca pudo habitar, me tocaba extrañarte algo en mi decía que algún día te conocería y que la vida juntos teníamos que enfrentar.

Tú seguías explicándome como era tu vida allá.

Aún recuerdo tu frase final de esa conversación sin igual: 
Un ángel mami, al que decidiste llamar Sebastián.